Los malabares de la industria para mantenerse a flote
Daniel Bosch
Abogado Maritimista
LLM Southampton
Las Palmas de Gran Canaria
Líneas navieras crean condiciones para aumento de tarifas
En un mercado saturado con la oferta de capacidad es difícil para las navieras mantener las tarifas de fletes estables y mucho menos en niveles que resulten rentables. Sin embargo, las tarifas han ido en aumento últimamente y se debe principalmente al interminable esfuerzo conjunto de la industria por manterse competitiva.
De acuerdo al índice de tarifas de flete de la consultora marítima Drewry, Global Freight Rate Index, las tarifas de flete están un 37% más altas durante el periodo comprendido entre los primeros cinco meses de 2017, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Las cinco claves
Una estrategia consistente en cinco claves ha sido la responsable de este ‘milagro’ comercial. La primera de ellas fue desguazar la mayor cantidad de naves posible, seguido de desactivar aquellas embarcaciones que no tenían alta demanda. La tercera clave fue retrasar la entrega de las nuevas naves en construcción, para mantener bajo control el aumento de capacidad. Las dos últimas claves son un poco más complejas: administrar las naves que quedan en servicio en una modalidad casi ‘a pedido’, ingresando con cuidado a nuevos territorios para no saturarlos; y anticipar los requerimientos de las rutas para retirar el exceso de capacidad de aquellas rutas saturadas y así evitar navegaciones vacías.
Las rutas que arrojaron los mejores resultados fueron las Este-Oeste, mientras que las que corren Norte-Sur no tuvieron los retornos esperados. La mejora en el desempeño de las rutas Este-Oeste se debe, en parte, a un crecimiento más estable de la demanda.
Apostar por acertar y evitar
Aprender a anticipar las necesidades de la cadena logística contenerizada es una tarea extremadamente compleja, especialmente considerando la naturaleza del volumen. El acertijo que los armadores deben resolver es cómo acomodar la demanda peak de manera anticipada en cualquier ruta con suficiente capacidad y luego evitar la costosa sobreoferta durante los períodos de menor demanda. La estacionalidad ayuda a tomar medidas para ciertas fechas en las que la demanda suele aumentar, pero el desafío está precisamente en aprender a dosificar la oferta y optimizar recursos durante los períodos más lentos.
El desafío está por ponerse aún más exigente, ya que por mucho que se retrase la entrega de nuevas embarcaciones, más temprano que tarde el aumento de capacidad impactará, agregando complejidad a la tarea de acomodar la capacidad ya existente con la nueva que está por llegar.