Ciudades puerto inteligentes: 4 pasos hacia el desafío de la nueva década
Entrevista exclusiva con analista de shipping internacional Pascal Ollivier
La digitalización es el único camino hacia delante. La automatización se está tomando todos los procesos hacia una producción más inteligente. Esto está sucediendo en todas las industrias y el sector marítimo portuario parece estar quedando un poco atrasado. Se han visto algunos esfuerzos en selectos puertos europeos pero, en general, los puertos no están tan al día con esta tendencia como deberían. El analista internacional de la industria marítima Pascal Ollivier, quien cree que los puertos inteligentes son los puertos del futuro.
El concepto de puerto inteligente se definió por primera vez en Amberes en 2015, y desde entonces ha ido ganando popularidad en el hemisferio norte (norte de Europa, norteamérica, norte de Asia), pero en la mitad meriodional del mundo hay casi ninguna iniciativa de puertos inteligentes. “Es hora de intensificar los esfuerzos”, dice Ollivier. La clave para convertir un puerto común y corriente en uno ‘inteligente’ es la tecnología y cómo optimizar su uso: mejorando la experiencia de servicio hacia el cliente. Ollivier dice que al redireccionar los esfuerzos hacia mejorar la experiencia de servicio hacia el cliente y el servicio en general –a través del uso de tecnología- el puerto será más inteligente.
Puerto inteligente + ciudad inteligente
La integración del puerto y la ciudad también es un punto fundamental a la hora de alcanzar la clasificación de ‘inteligente’. Tradicionalmente, el puerto y la ciudad cercana han trabajado como silos, independiente uno del otro, donde el puerto es usualmente visto como una molestia para la ciudad en vez de una oportunidad de crecimiento y mejora. “Es momento de hacer un acercamiento holístico frente a la combinación puerto+ciudad”, agrega Ollivier. Esto incluye el uso de tecnología al servicio del cliente, sustentabilidad, optimización de procesos y, por supuesto, integración con la ciudad en vez de evitarla.
Hay 33 mega ciudades en el mundo con más de 10 millones de habitantes. De esas, 25 son ciudades puerto de las cuales 17 movilizan el 22% del tráfico de contenedores a nivel mundial. En Sudamérica, solo Lima-Callao cumple con la definición de mega ciudad puerto, pero está lejos de compararse con sus amigos inteligentes en el hemisferio norte.
Inteligente y sustentable
Ollivier identifica 4 pilares para alcanzar el estatus de inteligente + sustentable. El primero de ellos es la seguridad, aplicada a la carga y a las personas. Al asegurar condiciones seguras para el movimiento de la carga a través de la ciudad y, al mismo tiempo, que sea un espacio seguro para los habitantes de la ciudad, el indicador de inteligencia sube un nivel.
Luego está la movilidad. La carga y las personas no solo necesitan moverse de manera segura en la ciudad, sino que también de forma fluida. Los habitantes resienten grandes camiones que impiden el flujo del tránsito y los grandes camiones con contenedores a cuestas tienen que cumplir con horarios de entregas. La planificación urbana cumple un rol fundamental en el diseño de carreteras y vías de acceso que sean capaces de satisfacer ambas necesidades.
El uso de energía debe ser eficiente y, ojalá, renovable: solar, turbinas eólicas, energía de las olas, etc. “El puerto debe sumar a la ciudad, no tomar recursos de ella. Por eso es que es tan importante que el puerto cuente con su propia fuente de energía renovable, para alimentar sus operaciones y luego entregar a la red de energía de la ciudad”.
La conciencia ambiental es el cuarto pilar. Reducir los tiempos de recalada, menos emisiones, etc. Todas estas medidas optimizan las operaciones portuarias y también entregan un mensaje hacia el resto de la comunidad de que al puerto le importa su impacto sobre las vidas de los habitantes.
Ejemplos actuales
Aún no existen puertos 100% inteligentes. Algunos están bien encaminados, como el puerto de Los Ángeles, Estados Unidos, con su programa de cyberresiliancia de ciudad puerto, comunidad y autoridad portuaria; el puerto de El Havre, Francia, con un programa de transición energética; el puerto de Valencia, España, con el doble objetivo de decarbonización y movilidad de cruceros.